Todo comenzó cuando aquel aparato del infierno acabó en la esquina izquierda de un precioso y moderno cuarto de baño de 1,25 m2. Un gran regalo de una gran preocupada madre.
Toda una vida de snacks inocentes e hidratos de carbono ilimitados entra en una espiral, de la que jamás podrás salir, una vez tus pies, inconscientemente, acarician la superficie de tu nueva báscula Bosch. La espiral de la desesperación y el vacío interior. Un vacío que sólo se puede llenar de una forma: barritas muesli a los 5 chocolates. Digo, a los 5 cereales.
1 comentarios:
me siento identificada al 100 x 100 xd
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